—Hijo: Papá, ¿qué es el crecimiento económico?
—Padre: Imagina que la economía es un tren. Pues la locomotora que la impulsa es el crecimiento económico.
—Hijo: Fácil ¿Y cómo funciona?
—Padre: Pues se trata de una locomotora un tanto especial…
—Hijo: ¿Por qué?
—Padre: Pues por que si se detiene se desmorona y muere.
—Hijo: ¿En serio? Bueno…mientras encontremos suficiente carbón por el camino, ¡tendremos combustible para quemar todo el tiempo!
—Padre: Exacto. Con eso y un poco de organización no debería detenerse jamás.
—Hijo: ¿Y si se acaba el carbón?
—Padre: Es un riesgo, pero encontraremos combustibles alternativos. ¡De hecho estamos en ello!
—Hijo: ¡Que bien! Todo en orden pues.
—Padre: Bueno… en realidad no es tan sencillo.
—Hijo: ¿Por que?
—Padre: …Para mantenerse en pie, la locomotora debe, no solo jamás detenerse, si no que, además ¡debe acelerar constantemente!
—Hijo: ¿¿Como??
—Padre: Exactamente eso, debe ir más rápido cada vez, no hay opción. Si la locomotora mantiene la misma velocidad durante demasiado tiempo, se desmorona y muere.
—Hijo: Pero ¿¿Que loco a construido semejante despropósito?? ¿Y para que?
—Padre: Nosotros mismos. Para vivir mejor.
— Hijo: ¿¿¿Y que vamos a hacer cuando ya no podamos ir más rápido???
—Padre: No lo hemos pensado todavía. Ahora lo que nos preocupa es encontrar nuevos combustibles para poder seguir ¡Es el futuro!
—Hijo: Pues yo no lo veo claro….por que no creo que podamos ir mucho más rápido de lo que vamos ahora… ¿No?
—Padre: ….
—Hijo: Pues vaya… Una última pregunta… Ya se que una locomotora quema carbón para acelerar, pero, ¿Qué combustible quema la economía para crecer?
— A ti.
Buena reflexión
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