“Evolución” no es más que un sesgo del concepto intrínsecamente neutro de “cambio permanente” disfrazado de progreso unidireccional y eliminando así toda su neutralidad.
Hoy, la evolución ha tomado por asalto el trono de Dios como primer motor. Todos comprenden cómo opera pero nadie sabe de dónde viene, quien la ha puesto ahí ni porqué. Aún así, construimos nuestro conocimiento en base a ello sin cuestionar su origen.
Nada ha cambiado. La mente sufre fobia a lo neutro, a la indefinido, a lo ilimitado, al vació. A lo perfecto. Por ello se inventa historias y se cuenta cuentos sobre la imperfecta e ilusoria dualidad.
Muy bueno.
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Gracias Leo!
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