En realidad, seguimos en aquel momento donde todo empezó. Viviendo nuestra sub-realidad consciente en una línea temporal continua pero comprendida y embebida en un momento singular, el mismo e invariable instante en que todo empieza y termina. La singularidad. El universo contenido en la eterna duda misma de la existencia. Agarrado a la duda del ser y el no ser, del todo y la nada, del bien y el mal, de la materia y la antimateria. De la subjetividad. La base de todo es esa dualidad que sigue en choque y genera la vibración de la que todo se compone y la física estudia. Lucha de atracción y repulsión. Vibrando. En este eterno momento vivido como una historia.
La singularidad

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